$("#foo1").carouFredSel(); La Cocina de las Letras: Cata Literaria: Son de Mar

martes, 20 de agosto de 2013

Cata Literaria: Son de Mar

Hola, mis Chefs!!!

Poco a poco, vamos agrandando esta cocina de las letras y llenando la alacena y los armarios de cositas interesantes. Hoy estreno nueva sección a la que llamaré Catas Literarias, donde colgaré fragmentos de obras que tengan que ver de alguna manera con la cocina y que me hayan resultado llamativas por algún motivo. 

Empezamos con un retazo de la novela Son de Mar, de Manuel Vicent, la cual leí hace mucho tiempo y recuerdo con mucho cariño. Hace poco vi la película, protagonizada por Jordi Mollá y Leonor Watling y dirigida por Bigas Luna y recodé un montón de cosas que se me habían olvidado después de leer el libro. 

La escena elegida, que tiene que ver con la cocina, es cuando Ulises está comiendo en la pensión donde se aloja, propiedad de los padres de Martina, y se queda mirando cómo gotean las bragas que la chica ha colgado en el tendedero...

Una vez más, como tantas otras en la literatura, vemos cómo de algún modo, la cocina es un buen camino para llegar al corazón de una persona y puede despertar las pasiones más ardientes...






Cata Literaria:

Uno de los juegos secretos de Ulises consistía en imaginarla desnuda. La ropa interior de Martina solía estar colgada en las cuerdas del tendedero determinados días de la semana mientras él comía bajo la parra en compañía del gato y del perro y con un libro abierto junto al plato. […] Un día Ulises estaba comiendo pisto de primero mientras leía un fragmento de la Eneida y las bragas de Martina goteaban. Esta vez eran las bragas negras. Un hilo de agua se deslizaba por el calado y antes de caer en el suelo una gota quedaba detenida en esa parte de la prenda que mañana estaría en contacto con la materia de sus sueños. El sabor del pisto de calabaza, las bragas empapadas de Martina, el brillo del sol sobre ellas y la lectura de la Eneida creaban una sola sensación en el cerebro del profesor de literatura clásica.

—De segundo hay huevos revueltos con bechamel—dijo Martina de pie junto a la mesa mientras le retiraba el primer plato.

—¿Bechamel? ¿La has hecho tú? —se atrevió a balbucir Ulises levantando con timidez los ojos del libro de Virgilio.

—Sí—contestó ella.

—¿La harás algún día sólo para mí? —soltó de pronto Ulises una carcajada después de tragar saliva.

—Eres un idiota si dices eso en serio—saltó Martina.

Pero la chica había sentido en el vientre un tirón hacia arriba, uno de esos tirabuzones que el amor crea en las entrañas, al comprobar que aquel joven se le estaba insinuando y Ulises también se quedó con el corazón acelerado viendo que ella volvía a la cocina moviendo las caderas más de lo acostumbrado aunque llena de rubor. 

Manuel Vicent















¿Habéis leído la novela? ¿Habéis visto la película? Desde luego, una bella historia que no se puede pasar por alto y que merece mucho la pena... Si os ha gustado la Cata, os animo a que probéis el menú completo. 

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